(Captura de pantalla del vídeo de Gilead en Sunlenca a través de BusinessWire.com)
CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (AP) — Unas inyecciones que se administran dos veces al año para tratar el sida mostraron una eficacia del 100% en la prevención de nuevos contagios en mujeres, según resultados de un estudio publicados el miércoles.
No se produjeron contagios entre las niñas y mujeres jóvenes que recibieron las dosis en un estudio de unas 5.000 personas en Sudáfrica y Uganda, según los investigadores. En un grupo que recibió pastillas diarias de prevención, en torno al 2% terminó contrayendo el VIH de parejas sexuales infectadas.
“Ver este nivel de protección es impresionante”, dijo sobre las inyecciones Salim Abdool Karim, director del centro de investigación sobre sida en Durban, Sudáfrica, que no participó en el estudio.
El fármaco, producido por la estadounidense Gilead y comercializado como Sunlenca, está autorizado en Estados Unidos, Canadá, Europa y otros lugares, pero sólo como tratamiento contra el VIH. La compañía dijo que estaba esperando a los resultados de la prueba en hombres antes de pedir autorización para utilizarlo como protección ante infecciones.
Los resultados en mujeres se publicaron el miércoles en la New England Journal of Medicine y se comentaron en una conferencia sobre el sida en Múnich. Gilead pagó el estudio y parte de los investigadores eran empleados de la compañía. Debido a los resultados inesperadamente alentadores, el estudio se detuvo antes de tiempo y todas las participantes recibieron las inyecciones, también conocidas como lenacapavir.
Aunque hay otras formas de impedir la infección de VIH, como los preservativos o las píldoras diarias, el uso consistente ha sido un problema en África. En el nuevo estudio, sólo en torno al 30% de las participantes que recibieron las píldoras preventivas Truvada o Descovy de Gilead las tomaban, y esa cifra se redujo con el tiempo.
La perspectiva de una inyección dos veces al año “son noticias bastante revolucionarias” para nuestros pacientes, dijo Thandeka Nkosi, que ayudó a dirigir la investigación de Gilead en la Fundación de Salud Desmond Tutu en Masiphumelele, Sudáfrica. “Da a los participantes una opción y simplemente elimina todo el estigma en torno a tomar las píldoras” para prevenir el VIH.
Los expertos que trabajan para detener la expansión del sida están emocionados por las inyecciones de Sunlenca pero les preocupa que Gilead no haya llegado a un acuerdo aún sobre un precio asequible para los que más lo necesitan. La compañía dijo que buscaría un “programa de licencias voluntarias”, lo que sugería que sólo unos pocos productores de medicamentos genéricos estarían autorizados a fabricar el fármaco.
“Gilead tiene una herramienta que podría cambiar la trayectoria de la epidemia del VIH”, dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de la agencia de la ONU contra el sida, con sede en Ginebra.
Dijo que su organización había instado a Gilead a compartir la patente de Sunleca con un programa respaldado por la ONU que negocia contratos generales para que fabricantes de genéricos hagan versiones baratas de medicamentos para países más pobres en todo el mundo. Como tratamiento del VIH, el fármaco cuesta más de 40.000 dólares al año en Estados Unidos, aunque el precio individual puede variar.
En un comunicado el mes pasado, Gilead dijo que era demasiado pronto para saber cuánto costaría utilizarlo como prevención en países más pobres. El doctor Jared Baeten, vicepresidente de Gilead para desarrollo clínico, dijo que la firma ya estaba hablando con fabricantes de genéricos y comprendía “lo profundamente importante que es que actuemos con rapidez”.
Otro medicamento de prevención del VIH, Apretude, que se toma cada dos meses, está autorizado en algunos países, también en África. Se vende por unos 180 dólares por paciente al año, que sigue siendo demasiado costoso para la mayoría de países en desarrollo.
Byanyima dijo que entre las personas que más necesitan protección duradera hay mujeres y niñas víctimas de violencia doméstica y hombres gays en países donde las relaciones homosexuales están penalizadas. Según UNAIDS, el 46% de las nuevas infecciones de VIH en 2022 eran de mujeres y niñas, que eran tres veces más propensas a contraer el VIH que los hombres en África.
Byanyima comparó las noticias sobre Sunleca con el descubrimiento hace décadas de fármacos contra el sida que hicieron que la infección del VIH pasara de ser una sentencia de muerte a una enfermedad crónica. En su momento, el presidente sudafricano Nelson Mandela suspendió las patentes para permitir un acceso más amplio al medicamento. El precio bajó más tarde, de unos 10.000 dólares por paciente a unos 50 dólares.
Olwethu Kemele, trabajadora médica en la Fundación de Salud Desmond Tutu predijo que las inyecciones podrían incrementar el número de personas que reciben en busca de prevención contra el VIH y detener la expansión del virus. A menudo, señaló, las mujeres jóvenes esconden las pastillas para evitar preguntas de novios y familiares. “Hace que para las chicas sea difícil continuar”, explicó.
En un reporte sobre el estado de la epidemia global publicado esta semana, UNAIDS dijo que se habían infectado menos personas de VIH en 2023 que en cualquier momento desde la década de 1980. En todo el mundo, unos 1,3 millones de personas se contagian de VIH y más de 600.000 mueren cada año, en su mayoría en África. Aunque se han hecho avances significativos en el continente, las infecciones de VIH suben en el este de Europa, América Latina y Oriente Medio.
En otra investigación presentada en la conferencia sobre sida, Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, y otros colegas estimaron que una vez se expanda la producción de Sunlenca para tratar a 10 millones de personas, el precio debería caer a unos 40 dólares por tratamiento. Señaló que es crítico que las autoridades de salud consigan acceso al medicamento lo antes posible.
“Esto es lo más cerca que puedes estar a una vacuna del VIH”, dijo.