Adje Blazco: Travesía a la libertad
Adje sonríe mientras se prepara para esta entrevista. Su cara joven y su gran sonrisa esconden todo lo que le ha tocado sufrir para lograr vivir una vida tranquila, de paz, y verdad, con su pareja en un mundo que muchas veces rechaza a nuestra comunidad LGBTQ+. En su camino de inmigrante él ha logrado encontrar refugio en el arte de drag y este le ha dado la manera de expresarse durante las dificultades más grandes de su vida.
Valencia, Venezuela
La historia de Adje comienza en Venezuela, un muchacho sencillo y de clase media, que creció en un ambiente lleno de amor a Dios. “Mis padres eran religiosos y muy creyentes; para mí la homosexualidad era un pecado el cual tenía que ser escondido.” Así recuerda Adje las primeras etapas de su vida adolescente. Viviendo un secreto el cual no debería ser hablado. Él tuvo su primera relación en la universidad, la cual fue marcada por el dolor de esconderla al mundo. Después de la universidad su vida cambió al terminar su relación clandestina y conocer a Alejandro, el amor de su vida y futuro esposo. Alejandro le mostró a Adje lo que significaba vivir la vida sin el dolor del secreto. Juntos empezarían a construir un rinconcito de amor y paz en la turbulenta Venezuela.
“Con Alejandro empecé a sentirme más a gusto con mi sexualidad y fue por él y su gran apoyo que tuve el valor para decirle a mi familia la verdad. Los cuales me aceptaron poco a poco” Adje voltea a mirar tiernamente a Alejandro el cual está lavando platos en la cocina. “El me liberó de la mentira y también fue el que me introdujo al otro amor de mi vida: el drag.”
El drag fue una experiencia que le cambiaría la vida a Adje pero al mismo tiempo presentaría grandes dificultades por el ambiente homofóbico de Venezuela. “Nos tocaba escondernos de nuevo, era difícil conseguir transporte al vestirnos de drag y vivíamos con miedo de que nuestros vecinos nos vieran. Fue horrible, pero al mismo tiempo la experiencia transformadora del drag valía la pena el riesgo”
Tristemente la situación en Venezuela empeoraba. La abuelita de Alejandro, la cual había sido un gran apoyo para los dos, falleció. Delincuencia, robos, asesinatos y dificultades financieras eran la realidad del país, y su seguridad estaba en riesgo cada día por la homofobia del gobierno venezolano. El matrimonio homosexual era ilegal lo cual significaba que, para construir sus vidas juntos, Adje y Alejandro tenían que emigrar.
Adje y Alejandro en su matrimonio civil.
Quito, Ecuador
Adje y Alejandro tenían grandes esperanzas para Ecuador. La unión civil era legal cuando llegaron a Quito en el 2015 y ellos esperaban que Ecuador fuera un destino más acogedor hacia la comunidad LGBTQ+. Adje explica que esto no fue el caso. “La cultura de Ecuador es menos violenta y la gente era homofóbica pero de una manera más sutil. Había menos crimen y más seguridad, pero la homofobia todavía estaba presente.” La llegada a Quito fue muy fuerte para Alejandro. Adje recuerda ver a su pareja llorar al tener que compartir un cuarto con un pequeño y delgado colchón el cual sería su nueva cama. Pero juntos empezaron la lucha para mejorar sus vidas.
Quito le dio a Adje algo maravilloso: su entrada al mundo drag profesional. Esto comenzó un día que él diseñó su traje, su corsé, y visitó un establecimiento LGBTQ+ en el cual fue admirado por los organizadores. Su belleza resalto y resultó en una invitación para competir en un reinado de drag para novatos. “Por casualidad un amigo de Venezuela también estaba viviendo en Quito y él me ayudó a perfeccionar mi maquillaje. Yo se coser y creaba mi propia ropa, termine ganando la competencia y de ahí en adelante empecé a trabajar en drag.” Adje explica que esto no fue su trabajo principal porque el drag no pagaba bien en Ecuador. Él seguía trabajando donde pudiera durante el día y de noche era la reina de la vida nocturna en Quito. Aquí fue donde recibió su nombre de drag Zeux Arem.
La vida en Ecuador tiene sus desafíos, especialmente la xenofobia. Por ser venezolanos su vivienda era vandalizada a diario. También por su don y buena fortuna Adje empezó a recibir amenazas de una pandilla trans colombiana la cual no quería verlo en drag en sus locales. “La cosa se puso dura, hubo unos tres meses en los que me tocó dejar de hacer drag y hablar con este grupo para que no me hirieran y lograr realizar mis actividades drag.”
Este fue un tiempo difícil en la relación de Adje y Alejandro. Llegando a un punto en el cual Alejandro le pidió a Adje que se retirara del drag por completo. “Yo fui claro con Alejandro y le dije que yo no iba a dejar algo que tanto amó, él tenía que entender que esto es parte de mí y no lo iba a sacrificar por nadie.”
La dificultad más grande llegaría con una pandemia global para la cual nadie estaba preparado para afrontar. El COVID terminó acabando con la habilidad de Adje y Alejandro de mejorar sus vidas. Viendo las dificultades que estaban pasando, la homofobia, xenofobia, y la inseguridad de su situación creciendo cada día, ellos decidieron empezar de cero nuevamente. Se casaron y juntos decidieron ir en búsqueda del sueño americano.
La Frontera, México
Dejando todo atrás excepto las dos maletas que cargaban a sus espaldas, Adje y Alejandro se fueron hasta el estado mexicano de Monterrey. Continuaron su camino a pie y con un grupo de casi 100 personas llegaron a la frontera. “Era de noche y un grupo de asesores de viaje (coyotes) que estaban drogados nos empezaron a gritar para que botáramos las maletas, fueron rudos y malos con la gente, pero nosotros cruzamos con determinación y dejamos todo eso atrás.” Adje explica que les tocó cruzar un río donde el agua les llegaba hasta el torso. Los gritos de los coyotes se escuchaban detrás, pero ellos siguieron adelante. Al cruzar la frontera se vieron con las patrullas fronterizas y aquí los dos esposos se rindieron a ellos para empezar su trámite de inmigración. “El viaje fue largo y la cruzada fue muy dura, complicada y agobiante, pero pudo ser mucho peor”
Adje en drag.
Orlando, Estados Unidos
Viviendo ahora en Orlando desde el 2022, Adje ahora ve un nuevo mundo de aceptación. “La comunidad LGBTQ+ es más libre y abierta aquí, uno puede vivir la vida plenamente y hacer lo que uno quiera sin herir a los demás; y eso es libertad.”
Adje comenta que el mundo de drag es más cerrado aquí en Orlando y que le ha sido duro integrarse a la comunidad de drag. “He podido hacer tres shows y pues, aunque sea una vez al mes salgo vestido de drag, pero aquí es más difícil entrar a los clubs de lo que fue en Quito”. De todos modos Adje aprecia la libertad que tiene en su nuevo hogar. Alejandro y él trabajan para reconstruir sus vidas aquí y Adje sigue con su pasión por el drag. “Yo le diría a cualquier persona que sea curiosa sobre el drag, que lo hagan, aunque sea una vez en su vida. Es una experiencia que te da la libertad de vivir tu “yo” de fantasía. Mostrar el otro “tú” al mundo y ser un personaje sin miedo de ser juzgado. El drag te libera de una manera que ninguna otra cosa lo puede hacer.”
Adje y Alejandro han tenido un camino largo hacia esta libertad que han encontrado, pero al mirar atrás agradecen todo el amor que les dieron sus familias la cuales dejaron atrás en Venezuela. También están agradecidos de vivir en una ciudad como Orlando en la que nuestra comunidad LGBTQ+ es bienvenida.
Para conocer más de Adjeh síguelo por Instagram en su cuenta de drag @zeuxarem
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