“La simple gestión del viejo orden no conducirá a un nuevo futuro. Ofrecer caridad sin transformación no acercará más a la Amada Comunidad. Necesitamos un nuevo orden social en el que se centren los más vulnerables, que traerá nuestra liberación colectiva”.
El reverendo Andy Oliver se destaca en 2024 por su audaz compromiso de construir un mundo en el que todos, sin importar quiénes sean, se sientan bienvenidos y seguros. El reconocimiento de Watermark como una de las “Personas notables de 2024” no podría ser más apropiado. El liderazgo de Andy no se trata de seguir un guión; Se trata de reescribirlo para incluir a aquellos que se han quedado fuera. Este año, ha sido un defensor incansable de la inclusión LGBTQ+ en la Iglesia Metodista Unida, una fuente compasiva de apoyo durante los desastres naturales y un firme aliado para las personas sin hogar.
Andy entiende que la alegría es tanto una forma de resistencia como el vínculo que forja la comunidad. A medida que crecían los ataques a la comunidad drag, invitó a las drag queens a dirigir el culto el quinto domingo de cada mes. Para muchos, esto fue un poderoso testimonio de su creencia de que la fe no se trata de exclusión o juicio; Se trata de celebrar a cada individuo único y hacerlo con alegría.
Este año, Andy también abrió las puertas y los terrenos de su iglesia a las personas sin hogar, incluso cuando algunos vecinos y funcionarios de la ciudad se opusieron. No vaciló. En cambio, trabajó para conectar a las personas con soluciones de vivienda, acceso a teléfonos celulares y una comunidad de cuidado, insistiendo en el derecho de todos a la dignidad. En un mundo donde las personas sin hogar a menudo son pasadas por alto o vilipendiadas, la respuesta de Andy fue simple y radical: los trató como personas inherentemente dignas de respeto.
En un momento histórico tanto para la Iglesia Metodista Unida como para las comunidades LGBTQ+, este año marcó la derogación de la prohibición de la iglesia sobre el clero LGBTQ+ y las bodas entre personas del mismo sexo. Andy estuvo en la primera línea de este cambio, y su dedicación ayudó a asegurar esta victoria en una lucha que abarcó cinco décadas. La decisión abrió puertas que habían estado cerradas durante mucho tiempo, y Andy dejó en claro que todos tienen un lugar en la iglesia.
Cuando Tampa Bay fue azotada por un huracán, Andy respondió de inmediato a la necesidad. Rápidamente organizó su iglesia como un centro para la recuperación, proporcionando servicios de lavandería, suministros esenciales e incluso equipos de trabajo para ayudar a limpiar las casas dañadas. Sus esfuerzos fueron un testimonio de su enfoque práctico del liderazgo, lo que demuestra que el verdadero impacto proviene de arremangarse y hacer lo que se necesita.
Este año, también unió a más de 30 congregaciones que afirman la comunidad LGBTQ+ para marchar juntas en el Orgullo de San Pedro. Para muchos, era la primera vez que daban un paso al frente públicamente para celebrar la inclusión y el amor, un acto de solidaridad que envió un poderoso mensaje a la comunidad en general. Andy demostró que la fe y el orgullo no son opuestos; Están profundamente conectados por un compromiso compartido con la comunidad, la igualdad y el amor.
El trabajo de Andy este año es un hermoso recordatorio de cómo se ve la fe en acción. Su compasión y valentía continúan transformando vidas, inspirando comunidades y derribando barreras. Hay aliados, y luego hay cómplices como Andy, que arriesgan y aprovechan sus privilegios por la libertad y la justicia. El liderazgo de Andy no solo habla, sino que actúa, y Tampa Bay es mejor por eso.