Cómo acabar con el odio

Este año ha traído nueva atención en los medios a Puerto Rico tras la secuencia de asesinatos horrendos a personas transgénero en casos de alto perfil. Recientemente se encontraron los cuerpos calcinados de Serena Angelique Velázquez y Layla Pelaez bajo un puente en Humacao.

Este es el tercer caso de alto perfil en lo que va del año, tras el asesinato de Yampi, un joven transgénero de 19 años y Alexa, una mujer transgénero que sacudió al país tras ser asesinada luego de ser expuesta en las redes sociales al usar un baño en McDonald’s que concordaba con su identidad de género. Quiero ser claro en mencionar que esto no es un problema único a Puerto Rico.

De hecho, aquí en Florida ha habido una serie de asesinatos a personas transgénero en el área de Jacksonville y Orlando que se presume pueden ser actos de un asesino en serie. Alrededor del mundo, este tipo de homicidios surgen por el odio a lo que es diferente. La homofobia y transfobia están presentes en casi todas las culturas modernas y les da falsa justificación a personas para que cometan estos actos.

En el contexto de Puerto Rico, se vive en una cultura machista que no solo resulta en homicidios a personas transgénero, pero también violencia doméstica rampante y femicidios. También existe la violencia institucional que proviene del estado. como cuando el comunicado de prensa de la policía identificó erroneamente a Alexa como un “hombre con falda,” disminuyendo su identidad de género a su vestimenta y no reconociendo que de hecho se trataba de una persona transgénero, además de la resistencia del gobierno de Puerto Rico de investigar estos casos como crímenes de odio.

Recientemente el FBI tomó jurisdicción sobre el caso de Serena Angelique y Layla, tras la confesión de sus perpetradores, dos jóvenes de 19 y 21 años. Ambos acusados enfrentaran cargos federales por crimenes de odio y se exponen a la pena capital por los horrendos asesinatos. Por otra parte esas edades se quedan cortas a las del presunto asesino de Alexa, un joven de 17 años. El hecho de que estos presuntos asesinos sean tan jóvenes habla sobre cuán fuerte y extensa es la cultura machista en Puerto Rico y el importante rol de la educación en la prevención de futuros casos.

Ahora la pregunta es, ¿qué podemos hacer nosotros para avanzar como sociedad y mejorar el trato hacia personas transgénero? La educación siempre es importante. Como parte de Alianza for Progress, tuve la oportunidad de organizar un mini festival de cortometrajes LGBTQ+ creados en Puerto Rico, llamado “Noche Boriqueer” dirigido a la comunidad puertorriqueña e hispana. Uno de los cortometrajes (Sam, 2017) era sobre un hombre transgénero que enfrentaba grandes retos al conseguir empleo y por consecuencia cubrir sus gastos médicos. Esta es una experiencia que comparten gran porcentaje de las personas trans aún hoy día. Estoy muy contento de ser parte de una organización progresiva que me ha dado la oportunidad de crear este tipo de actividad que ayuda a educar a nuestra gente sobre las experiencias cuir dentro de nuestra cultura. La educación sobre estos temas es sumamente importante ya que diferentes instituciones han creado a través de los años estereotipos dañinos sobre la comunidad trans, que no necesariamente se ajustan a la realidad y pueden han causado mucho daño.

Desde hace años, se ha intentado incorporar una perspectiva de género en las escuelas públicas de Puerto Rico. Esto ha fallado una y otra vez por insistencias de un sector conservador que ve esto como contrario a sus creencias. Pero considerando la prevalencia de la violencia machista, este sería un paso importante para que la próxima generación entienda que; ser hombre no es ser mejor que ser mujer, que no existe el género en la limpieza del hogar, que las mujeres pueden participar de la misma forma en cada aspecto de nuestra sociedad y que sus vidas, sin importar si son trans o no, tienen el mismo valor. Al final del día, se merecen el respeto como todas las demás personas.

Otra forma de mostrar la comprensión es siendo consciente del uso de los pronombres. Los pronombres “él, ella, ellos” los usamos todos los días sin pensarlo, pero para las personas trans o no binarias, los pronombres son muy importantes para expresar al mundo sus identidades y debemos ser conscientes y respetuosos con eso. Si no estás seguro que pronombre utilizar, preguntar “¿cómo te identificas?” de una forma respetuosa es una manera efectiva de valorar la identidad de cada individuo. Al igual, si te dejan saber que alguien prefiere “X o Y”, usar el dicho pronombre demuestra aceptación.

Sorprendentemente para mí, el caso de Alexa evocó una indignación colectiva que nunca se había visto con un caso similar en Puerto Rico. Esto me da esperanza para el futuro ya que puedo ver un nivel de conciencia que no existía anteriormente. Lamentablemente, al mismo tiempo que la indignación crece, también aumenta la exposición global de estos crímenes. No se puede tapar el sol con un dedo. En Puerto Rico tanto como en Estados Unidos y la mayoría del mundo, existen la homofobia y transfobia. Igual que existen personas con odio en sus mentes, hay muchas más personas que comprenden y compadecen las dificultades y los retos constantes que enfrentan las personas trans día a día. El discrimen en el empleo, las dificultades en el acceso a los servicios sanitarios y médicos son sólo algunos. Al mismo tiempo en Puerto Rico existe una comunidad LGBTQ+ vibrante a la que pertenezco y siento que es importante también reconocer el rol valioso que jugamos en la creación de una sociedad diversa y equitativa para todos.

Vivimos en un tiempo muy particular ya que por un lado parece que esta ola de violencia hacia las personas trans está creciendo, pero tristemente ha sido parte de nuestra realidad desde varias generaciones. La realidad es que lo que está creciendo es nuestra conciencia social sobre las realidades de estas personas y estos crímenes basados en machismo y odio. Con educación y con mucho respeto a la vida de los demás, quizás podamos hacer que estos crímenes sean parte de un pasado distante.

Elimelec es original de Puerto Rico, egresado de la Universidad de Puerto Rico, donde tomó varias clases del Programa de Estudios de Género y creó la primera movilización estudiantil a la parada de Orgullo Gay en San Juan. Actualmente trabaja para Alianza for Progress y tambien actúa como embajador del programa ¡Hablando Alto! para la educación y prevención del VIH en la comunidad hispana de Florida Central.

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