(Imagen de portada cortesía de Crissie Acosta).
Me mudé a Oviedo desde Miami hace tres años y fue todo un choque cultural. Miami está llena de cultura y tenía miedo de que el color de mi piel, mi identidad y mi comunidad no se reflejaran en mi entorno. Ser padres fue una de las principales razones por las que mi pareja y yo nos mudamos a Orlando; queríamos criar a nuestra hija por fuera del ajetreo de Miami sin dejar atrás nuestra forma de vida. Orlando me ha sorprendido gratamente. No solo hemos encontrado nuestro nuevo hogar, sino que aquí tenemos una comunidad amorosa y solidaria. El escritor que hay en mí ama todo lo que este lugar y sus alrededores tienen para ofrecer. También me ha permitido ver la cultura queer desde una perspectiva diferente. En Miami, la cultura queer está presente en zonas de la ciudad y sus alrededores. Aquí en Orlando, está entretejido en la vida cotidiana.
¿Por qué escribir sobre personajes queer? La simple verdad es que la vida imita al arte o en este caso el arte imita a la vida. No conozco a nadie que no tenga al menos una conexión con la comunidad LGBTQ+, lo cual hace que sea casi imposible escribir una historia verosímil sin un personaje queer y, como autora de ficción, quiero que mis libros se acerquen lo más posible a la realidad. Crear personajes polifacéticos y completos es imperativo para la evolución de cualquier historia y por ende la identidad sexual debe ser considerada durante este proceso. Este es un aspecto del desarrollo del personaje que me encantaría que más autores tuvieran en cuenta en el futuro, pues en muchos de los libros que he leído, a los autores no les gusta saltar de género ni liberarse de las normas de clasificaciones y categorías tradicionales. Yo digo: “la vida no siempre es una línea recta ¿por qué deberían serlo los libros?” Ya sea el personaje principal o un personaje secundario, siempre habrá diversidad en mis escritos.
En mi primera novela, Mischief at Eden’s Gate, escribo varios personajes queer. Por ejemplo, Preacher Parker (el hermano del personaje principal) es un homosexual en el closet que, a lo largo de la historia, se da cuenta de que ese no es un lugar en el que quiere pasar el resto de su vida. Al ser honesto consigo mismo y con la persona que ama (el sheriff del pueblo) finalmente pueden terminar juntos al final de la historia y, dado que había tanto interés en su historia de amor, he decidido convertirla en su propio libro de romance.
El autor que hay en mí quiere que las páginas que mi hija eventualmente leerá (ya que lo que yo escribo definitivamente no es apropiado para su edad) estén llenas de representaciones precisas del mundo que la rodea. La orientación, preferencia e identidad sexual ha sido una constante siempre presente en su vida y esto no se refiere sólo a quiénes es, sino también a sus amistades y relaciones, a lo que ve y oye a su alrededor, en la televisión y en las redes sociales. Todos estamos inundados de diversidad. ¿Has notado que ahora hay más parejas del mismo sexo en los comerciales? ¿O parejas birraciales? El mundo que nos rodea está cambiando y, creo yo, para mejor.
Me doy cuenta de que estoy delatando mi edad aquí, sin embargo, la orientación sexual no fue un tema con el que yo crecí teniendo que lidiar. Si fue algo de lo que no hablamos o simplemente no fue tan frecuente, sinceramente no lo sé. Lo que sí sé es que esta distancia generacional es una trampa en la que fácilmente pueden caer los padres y autores de cualquier edad. Eso siempre está en el trasfondo de mi mente cuando creo nuevas historias y personajes. La necesidad de seguir siendo relevante es otra razón por la que intento escribir sobre todos los tipos de diversidad en mis libros. Vivimos en un mundo en constante expansión y, al mismo tiempo, uno todavía muy frágil. Considero que es mi trabajo como madre y autora el reflejar eso.
Crissie Acosta es una autora de ficción cubanoamericana. Su primera novela, “Mischief at Eden’s Gate”, ya está disponible en Amazon.